Los políticos estadounidenses han llegado a un acuerdo sobre las nuevas normas de capital para los bancos, que les obligarán a dejar de considerar las acciones preferentes dentro del ratio Tier 1 dentro de cinco años. El acuerdo es una victoria para el presidente del Comité Bancario del Senado, Christopher Dodd. Los grandes bancos no van a dar la bienvenida a la reforma. Reaccionarán negativamente en el corto plazo, ha comentado el experto de Rehmann, Joe Heider. Aunque una vez se conozca la nueva regulación, a largo plazo será positivo para el sector financiero porque los bancos buscarán formas de aumentar sus beneficios pese a la regulación.
Por su parte, CNBC afirma que todavía quedan importantes discusiones por solucionar, aunque parece que los demócratas mantendrán duras restricciones para las actividades de trading de los bancos, lo cual podría perjudicar sus beneficios. Entre los aspectos más controvertidos de la reforma, aparecen la prohibición a los bancos de realizar trading con el dinero de sus clientes en beneficio propio; y por otro lado la regulación sobre los productos derivados. Parece que los políticos quieren llegar a un acuerdo antes de la reunión del G-20 del fin de semana. De esta manera, Barack Obama podría poner como ejemplo la reforma financiera en Estados Unidos al resto de países participantes.
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