Francisco Román, padre de la joven sevillana a la que el banco le reclama un euro, ha detallado que ve el hecho ‘desproporcionado y fuera de lugar’. Además, Román ha añadido que recurrir a una empresa de cobro de deudas es una forma de extorsión a un cliente. ‘Todavía mi hija era cliente de esta caja y espero que ya haya sido dada de baja’.
En este sentido, Román ha defendido que esta forma de actuar puede vulnerar la Ley de protección de datos por haber facilitado a terceros -Cobralia- información de su hija.
‘La carta es un documento sin firma, pero tiene todos los condicionantes ajustados a la ley para un proceso judicial. Esta entidad bancaria debería haber usado otro sistema y se podrían haber dirigido a mi hija de otras maneras. La caja ha apostado demasiado fuerte para una deuda de un euro’, ha denunciado.
Cuando Francisco recibió el 12 de mayo la carta se puso inmediatamente en contacto con la entidad financiera y alegaron que estaban en su derecho de reclamar el euro puesto que todas las cantidades son reclamables. Por este motivo, pensó que era necesario denunciar públicamente este hecho para dar a conocer las acciones que lleva a cabo dicha caja.
Asimismo, explicó que el correo ordinario tarda unos días en llegar al destino. En este sentido, la carta de la empresa de cobros de deudas especificaba que debían pagar la deuda en el plazo estimado -12 de mayo- que justamente coincide con el mismo día que sellan dicha carta para enviarla. Por este motivo, la misiva le llegó en días posteriores al plazo de cobro fijado.
‘Si no se cancela la deuda en el plazo estimado, y encima el plazo es cero, porque ponen el plazo justo el día que envían la carta por correo ordinario, incluirían mi hija en un fichero de morosos y eso ya sería imperdonable. El euro se va apagar en el momento en el que me digan cómo se debe hacer. El problema ya escapa a nuestra responsabilidad. Además si no se paga el euro habrá que pagar los costes que conlleva el juicio y eso sería injusto. Ya se acabó esa época del pie en el pescuezo’, asegura, indignado ante esta situación.
Por su parte, la entidad bancaria en cuestión, Caja Madrid, no quiere hacer ningún tipo de declaraciones al respecto puesto que dicen que se trata de ‘trámites rutinarios, un proceso habitual y automático’. Además, Caja Madrid defiende que el envío de esas cartas advirtiendo al cliente de su deuda, se realiza por un proceso informatizado.
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